lunes, 4 de febrero de 2008

Butaca de patio: Cloverfield (Monstruoso)

Buenos días.
Qué duda cabe que el cine es uno de los mayores entretenimientos que hay en la actualidad y el género de terror siempre ha sido uno de los motores de este arte. Como en cualquier otro género, hay desde obras maestras hasta subproductos o series llamadas B ó Z, desde terror psicológico hasta casquería. El abanico es muy amplio, sin duda.
Uno de los motivos más recurrentes en este género es el de los monstruos (da igual el tamaño, porque puestos a dar miedo, el alien mutante de La Cosa, de John Carpenter, y mira que era pequeño o, más aún, las vainas de La Invasión de los Ultracuerpos). La cuestión radica en el monstruo en sí, su capacidad para destruir, modificar, mutar o alterar la vida en la Tierra o a sus habitantes.
La literatura y el cine han ido y siguen yendo de la mano, ya sea inspirándose o adaptando (esto de las adaptaciones es harina de otro costal o motivo de otra entrada) una novela o ensayo. En el caso que nos atañe ahora y siendo la primera entrada que quiero dedicar al cine de terror, he optado por un estreno que durante muchos meses ha generado una expectación (calculada y muy preparada por la productora -hasta llegar a la creación de webs con hipótesis inverosímiles para alimentar la expectación-) formidable, sobre todo en internet: Cloverfield (Monstruoso).
J. J. Abrams, director de Perdidos y Alias, es el artífice de una película que solo en su primer fin de semana de exposición ha recaudado 46 millones de dólares. Esto, dicho así, no significa mucho (muchos bodrios de todos los géneros recaudan barbaridades en Estados Unidos en sus estrenos) pero la tónica, según IMDB, es ascendente.
Y es que asistimos a otro cóctel muy bien mezclado y aderezado. Actores pocos conocidos, metraje corto pero muy intenso (salvo la primera media hora), tipo serie de televisión, un monstruo que aparece solo cuando debe invitando a jugar al espectador con su identidad, filmación al estilo de la Bruja de Blair o más recientemente, REC, un sonido cuidado y envolvente, la evocación de sucesos, tanto reales como ficticios, de catástrofes (el 11S o El Coloso en Llamas) y la creación de una atmósfera de incertidumbre, son algunos de los aciertos, entre otros, que otorgan a la película una alta consideración.
Por lo general, tanta publicidad, trailers demasiado bien hechos o cientos de post por internet hablando de ella, me suelen restar interés pero dejé a un lado mis prejuicios y no me arrepiento de ello. La película merece la pena en casi toda su extensión (y escribo casi toda porque hay un par de cosillas que son demasiado peliculeras) y es altamente recomendable si quieres pasar un rato que si no se puede calificar de terror en estado puro, sí como intrigante e inquietante. Y, ciertamente, vista la poca calidad de los productos que asolan los cines, productos como Cloverfield (Monstruoso) invitan a rememorar ese viejo ritual que es ir al cine.
Desde un oscuro rincón de la Biblioteca de Miskatonic...
Juanitoblazer

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