jueves, 31 de enero de 2008

Que no está muerto lo que yace eternamente...

Hola.
Antes que nada, bienvenido o bienvenida, tanto da, pues este blog ha sido creado para todos aquellos amantes del género de terror en general y, de manera más particular, para los ávidos lectores del que para mí es uno de los grandes literatos (denostado e incomprendido, en muchas ocasiones) de la literatura de terror: Howard Philips Lovecraft.
Eich-Pi-Ele (transcripción fonética de sus iniciales), sus predecesores y "maestros" y el círculo que generó sin querer alrededor suyo son, y ésta es una opinión muy personal, los transgresores y modificadores de un género que estaba encastrado en la visión gótica del terror, basándose en las figuras de almas en pena, fantasmas, espíritus, vampiros y licántropos, entre otros menos recurrentes. Y ¡ojo! esto no quiere decir que no me apasione este subgénero, simplemente, el género de terror necesitaba un cambio.
Una vez leí (con franqueza, no recuerdo quién era el autor) que Lovecraft fue el artífice del terror racional o mejor aún, fue el que racionalizó el terror como realidad dentro de las emociones humanas y sobre todo de la historia del hombre. Después de leer al escritor de Providence hasta la saciedad, que no aburrimiento, concluyo que es un maestro en la creación de entornos lo suficientemente sombríos como para que el hombre desemboque en la mezquindad más absoluta; es un maestro en la reverberación de épocas pretéritas funestas para quien desempolva los misterios que están más allá del tiempo y, este a mi juicio es su gran acierto, es el arquitecto de una cosmogonía que antecedió al hombre y que permanece latente a su lado sin que la inmensa mayoría de la humanidad lo sepa: Los Mitos de Cthulhu.
Ahí, para mi gusto, radica el encanto de HPL. Fue el gran coctelero. La fantasía que pergueñó Lord Dunsany, la mezquindad que plasmó Poe en su obra, los dioses paganos de Blackwood, la supervivencia del mal de Machen, entre otros predecesores, y unidos a su vasta cultura clásica autodidacta, su racismo casi infantil, sus pesadillas crónicas, sus fobias domésticas (su aversión al pescado generó la raza de los Profundos) y su pasión por la nocturnidad, hicieron de su obra un cóctel que, aunque relegado casi al ostracismo en su vida, capta (como cualquiera de las muchas sectas que aparecen en sus obras) más adeptos cada día que pasa.
Como creador de este blog, considero que tienen cabida todas las opiniones sobre este y cualquier autor que escriba sobre el género que nos trae aquí. No tengo pretensiones de sentar cátedra ni hacer sentencias sobre esto, tan sólo pretendo que el gusto por el terror (o pavor, o miedo u horror, un día hablaremos sobre las diferencias entre tales términos) sea el nexo común para pasar buenos (yo prefiero malos, sin duda alguna) ratos cada vez que un libro caiga en nuestras manos.
Desde un oscuro rincón de la biblioteca de Miskatonic.
Juanitoblazer

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro que des este paso y nos enseñes unos cuantos libros. Espero que entre todos sepamos honrar la imagen de nuestro querido Howie...

¿Alguna virgen dispuesta al sacrificio en la sala?